miércoles, 30 de octubre de 2013

LAS EMOCIONES POSITIVAS


Las grandes olvidadas de la ciencia

En la era contemporánea, el estudio de las emociones positivas ha sido considerado una
actividad frívola a la que pocos investigadores han dedicado atención.
p ¿Por qué han sido dejadas de lado?
1. La tendencia natural a estudiar lo que amenaza el bienestar humano ha llevado a
centrar el interés en aquellas emociones que nos ayudan a hacer frente a peligros o
problemas inminentes tales como: ansiedad, miedo tristeza e ira, que de alguna forma
son señales de alarma. Por otra parte y dado que las emociones negativas tienen efectos
nocivos para la salud, surge la urgencia de aprender a controlarlas y dominarlas.
Teniendo en cuenta que la base del ser humano es el bienestar, un estado que se da
por hecho, todo aquello que contribuya a ponerlo en peligro será objeto de interés y
estudio.
2. Se tiene normalmente mayor dificultad para nombrar emociones positivas que negativas,
ya que existen menos palabras y matices para referirse a ellas. Somos menos
conscientes de nuestros estados emocionales desagradables que de los agradables.
Uno de los objetivos del estudio de las emociones positivas es encontrar maneras de
enseñar a las personas a tornarse más conscientes de sus estados agradables.
3. A un nivel neurológico, las emociones negativas producen diferentes respuestas en
el sistema nervioso autónomo, mientras que las emociones positivas no provocan respuestas
diferenciadas.
p ¿Cuál es el valor adaptativo de las emociones positivas?
Experimentar emociones positivas lleva a estados mentales y modos de comportamiento
que, de forma indirecta, preparan a las personas para enfrentar con éxito dificultades y adversidades
futuras. Cuando se experimentan emociones positivas, nuestra actitud mental
es expansiva, tolerante y creativa, lo que se traduce en crecimiento y desarrollo personal.
Téngase en cuenta que el estado anímico negativo lleva a adoptar un tipo de pensamiento
centrado exclusivamente en el problema dando de lado todo lo demás.
El estado de ánimo positivo mueve a las personas a adoptar un pensamiento creativo, tolerante,
constructivo y generoso, amplía nuestros recursos intelectuales, físicos y sociales,
y aumenta el capital psicológico al que podemos recurrir ante amenazas u oportunidades.